Los
peregrinos son buscadores de tesoros. Lo mismo que los que van tras el
oro. Se ponen en marcha empujados por la sed de encontrar. No les basta
con llegar al final del recorrido. Lo que buscan no es algo material
sino el perdón o la reconciliación, una nueva orientación o rumbo de su
vida, confirmar alguna decisión tomada, poner tierra de por medio
respecto a alguien o algo, descubrir o trabajar la propia identidad,
fijarse metas personales… El peregrino, hombre o mujer, se siente
insatisfecho e intuye que, de alguna forma, va a encontrar una solución a
su descontento… poniéndose en camino. El peregrino de hoy suele huir
del “espejismo consumista”, entendido como una búsqueda permanente del
placer, del disfrute, de la acumulación sin apenas reflexión, sin caer
en la cuenta de sus consecuencias. 
Se conoce
como “Camino de San Ignacio” el descrito en esta guía, desde la casa
natal de Ignacio en Loyola (un torre-palacio de Azpeitia, en el País
Vasco) hasta lo que se conoce como la “Cova de San Ignacio” en la ciudad
de Manresa (cerca del Monasterio de Montserrat, en Cataluña). Después
de su conversión espiritual en Loyola, Ignacio sintió el deseo ardiente
de seguir a Jesucristo, como lo habían hecho ya muchos otros, y abandonó
la vida que hasta entonces había llevado como hijo de una familia de
nobles. Ignacio decidió ir “contracorriente” y se puso en camino hacia
Jerusalén, siguiendo el Camino Real, que le llevaría a Barcelona. De
allí pensaba salir en barco para proseguir su peregrinación a Tierra
Santa.
Horario de atención en la web, lunes, miércoles y viernes de 10 a 13h.Camino Ignaciano
Los
peregrinos son buscadores de tesoros. Lo mismo que los que van tras el
oro. Se ponen en marcha empujados por la sed de encontrar. No les basta
con llegar al final del recorrido. Lo que buscan no es algo material
sino el perdón o la reconciliación, una nueva orientación o rumbo de su
vida, confirmar alguna decisión tomada, poner tierra de por medio
respecto a alguien o algo, descubrir o trabajar la propia identidad,
fijarse metas personales… El peregrino, hombre o mujer, se siente
insatisfecho e intuye que, de alguna forma, va a encontrar una solución a
su descontento… poniéndose en camino. El peregrino de hoy suele huir
del “espejismo consumista”, entendido como una búsqueda permanente del
placer, del disfrute, de la acumulación sin apenas reflexión, sin caer
en la cuenta de sus consecuencias. 
Se conoce
como “Camino de San Ignacio” el descrito en esta guía, desde la casa
natal de Ignacio en Loyola (un torre-palacio de Azpeitia, en el País
Vasco) hasta lo que se conoce como la “Cova de San Ignacio” en la ciudad
de Manresa (cerca del Monasterio de Montserrat, en Cataluña). Después
de su conversión espiritual en Loyola, Ignacio sintió el deseo ardiente
de seguir a Jesucristo, como lo habían hecho ya muchos otros, y abandonó
la vida que hasta entonces había llevado como hijo de una familia de
nobles. Ignacio decidió ir “contracorriente” y se puso en camino hacia
Jerusalén, siguiendo el Camino Real, que le llevaría a Barcelona. De
allí pensaba salir en barco para proseguir su peregrinación a Tierra
Santa.
Horario de atención en la web, lunes, miércoles y viernes de 10 a 13h.Más info en:
http://caminoignaciano.org/